En el ceno de la creación
se forjó una luz para unir a los hombres,
para fundir corazones, para ser semejantes…
Hace dos años y medio nuestros caminos se encontraron,
nuestras rutas se cruzaron y se entrelazaron,
se encendió una llama en la lámpara del corazón
y desde entonces a permanecido encendida
y poco a poco ha iluminado más y más.
Esa llama que se alimenta del aceite bendito del amor,
hoy la luz es mas fuerte que nunca
y se esparce por todos los rincones de mi existencia.
¡Gracias Koby! Llegaste a mi vida y la cambiaste.
Te amo.
Soy tuyo.