Navegaba sin rumbo,
visitando sitios sin quedarme,
saludando a viejos y nuevos amigos,
dejando que la vida transcurriera,
de pronto un encuentro,
una luz segadora que me llevó a tierras lejanas,
a lugares maravillosos a sensaciones especiales,
no sabía si solo soñaba o era real el momento,
un largo momento que poco a poco
tranquilizaba el oleaje de mi alma,
lo transformaba,
hacia latir mi corazón de forma diferente.
Un encuentro que no buscaba,
que no esperaba,
sorpresivo y deslumbrante,
dulce y maravilloso,
lo que mis ojos leían,
lo que mi mente pensaba,
lo que mi corazón sentía,
estaban ocultos por mi incredulidad.
Y mis habilidades fueron llamadas,
y las letras se deslizaron
en suave y cadencioso instante,
si detenerse, sin oscuridad…
Luz, luz, mucha luz…
Un encuentro en el que mi corazón
se quedo con sed de más encuentros…