Bienvenido

En mi adolescencia un día llegué a casa y encontré un libro sobre un estante que me llamó la atención, hasta ese momento la lectura era más bien una obligación.

“Las Alas Rotas de Gibrán Jalil Gibrán” lo abrí y en la primera página leí una dedicatoria para mi hermana. Por curiosidad comencé a leer y no me detuve, fue algo especial… Cuando finalicé de leer ese libro me dije: Yo quiero escribir.

Y comencé mis intentos incipientes y la vida me fue dando motivos para soñar por un tiempo, hasta que la vida misma me atrapó y aquellos momentos de soledad con la pluma y el papel fueron cambiados por el ruidoso estándar de estudios, sociedad, trabajo, familia…

A lo largo de mucho tiempo la escritura solo fue una herramienta para otros menesteres, aunque existieron algunos chispazos en donde el sentimiento, el papel y la pluma tuvieron breves encuentros.

Pero la vida volvió a dar un giro y me miré de frente con mi vieja amiga la soledad y esta vez venía acompañada de incertidumbre. Y nos refugiamos nuevamente con papel y pluma a contarnos algunos deseos y secretos.

He sido ingrato con las letras, me he acercado a ellas solo en los momentos oscuros, pero hoy hago un intento más por hacerle caso a ese llamado de mi adolescencia.

Hoy concentraré en este espacio todos esos escritos que han quedad registrados en papel o bits y como proposito, seguiré escribiendo.

Redes

Escribiendo:
Desde el ático de mi alma

Subí al ático en afán de limpieza, con la intención de desechar aquellos viejos trebejos que solo quitan espacio, que guardamos alguna vez pensando que en un futuro podrían tener un uso. Y lo primero que hallé fue polvo, mucho polvo y telarañas.

Con cierto temor comencé a moverme entre muebles derruidos, fierros que alguna vez fueron aparatos, bolsas con ropa vieja y de pronto llamó mi...