Esperaré y lucharé por ti...

Contra todo y contra todos,
aún contra mi misma desesperación,
aún en medio de la incertidumbre y de la duda,
aún contra los embates de la tecnología
aún contra los designios y la profecías,
aún en la distancia y el silencio,
aún con el corazón doliente
y el cansancio del espíritu…

A pesar de todo
esperaré y lucharé por ti.

En ti encontré un amor que enfrenta
irreverente y valientemente
cualquier situación,
en ti encontré la pasión que había extraviado
en ti mis ojos se iluminan
mi corazón late
y mi vida retoña.

Tere te amo,
gracias por seguir en mi vida,
no se si estos sean los momentos más difíciles
o solo sea un preludio de lo que nos espera.

Pero mi decisión es amarte…
Amarte hasta el final.

Tere te amo.


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Cuando nacemos una de las características del ser humano es sentir dolor es parte de nosotros, esta sociedad en la que vivimos sin embargo lo evade, nos dice y nos condiciona como si fuera algo antinatural y nos enseña a sufrir cuando el dolor existe.
Pero el dolor no es bueno ni malo es nuestro, es parte de nosotros, e incluso el dolor purifica, nos aclara las cosas, hace relucir lo que realmente vale en nuestra vida, nos hace valorar lo que tenemos.

Dice un escrito que un personaje
viendo tanta angustia
y tanto sufrimiento preguntó a Dios:
¿Por qué lo permites?
¿Qué haces para remediarlo?...
Y Dios contestó:
Te hice a ti…

Gracias…


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