A la vista del espectador un paisaje frió, que puede ser descrito según la experiencia personal, para algunos una postal bonita, para otros un llamado a algún recuerdo, puede ser un recuerdo romántico o tal ves un recuerdo amargo. Otros más se dejarán cautivar por la belleza misma del paraje, por las tonalidades, por su composición.

Pero solo aquel que se ha internado en su geografía, solo el que ha navegado en sus aguas, que se ha bañado en ellas, que ha vivido no solo sus inviernos, sino también sus floridas primaveras, sus lluviosos veranos, su otoñales colores, puede saber realmente, lo que existe en el, lo que lo hace bello, lo que sus aguas ocultan y viven.

Amor mío, he conocido el lago de tu amor y tu vida, me he bañado en sus aguas, he navegado y he recorrido sus orillas, poco a poco me he inmersazo en su profundidad, he vibrado ante lo descubierto, conozco las estaciones de su existencia, tardes primaverales llenas de vida, lluviosos momentos de de unión y consuelo, románticos instantes de suaves sensaciones.

Y en este conocimiento mi amor por ti se ha incrementado día a día, llenándolo todo, inundando mi vida, hemos hablado con la verdad, hemos hablado de todo, hemos compartido alegrías, tristezas, miedos, confianzas, temores, satisfacciones, fracasos y tantas, tantas cosas que nuestro amor se ha unificado y se ha fortalecido. Tú me conoces, yo te conozco y así nos amamos.

Hoy reitero mi sentimiento, mi amor por ti, me deseo de amarte siempre hasta mi último aliento, hasta mi último suspiro. Te amo Tere, en mis oraciones estás y se que todo saldrá bien y también se que sea cual se el futuro, te seguiré amando.

Tere te amo.

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