Como un ciego resignado a la oscuridad, abrí los canales de la escucha, para sentir compañía en medio de la soledad, y al abrirlos, no pasó mucho tiempo antes de que alguien se comunicara conmigo y después otro y otro y otro más en total cinco conversaciones, con una constante… Lágrimas, tristeza, desconcierto, desazón, incredulidad, dolor…
Y si creí que la oscuridad era total, es porque no había contemplado que mi alma aun tenía un resquicio de luz, y que la negrura también podía alcanzarla y la alcanzó…
Aunado a todo me invade ahora un sentimiento de traición, traición a la amistad, al la ayuda, al buen consejo, incluso al amor…
Personas que jamás creí ver llorar, lloraron, no solo apuñale sentimientos y lazos entre las almas, sino que ya muertos, seguí clavando una y otra ves el puñal hasta quedar bañado en sangre.
En un momento de arrebato, en un instante de renuncia total por amor, o por desamor abandoné todo, dejando al desamparo la amistad, el cariño, el amor… Pintando futuros de redención en busca de no hacerle daño al amor, simplemente lo ataqué brutalmente.
Y ¿Para qué?, ¿Para caer en esta desoladora oscuridad?, ¿Para abandonar a los que me querían?, ¿Para amar silenciosamente a quien ya tiene dueño?, ¿A quien no me amará jamás?…
En medio de todo esto ¿Quien ganó?... ¿El amor?... ¿La amistad?...
Me dejé llevar… Dejé que el dolor y las palabras me convencieran que soy una ser humano de lo peor, pero no solo eso, ahora me doy cuenta que con mis decisiones de abandonarlo todo, me convertí en eso que solo creí…
Yo sólo quería amar pero tal parece que amar me está prohibido…
Es irónico, yo, por amor, me encuentro en esta maldita oscuridad buscando un débil rayo de luz…
Y tú vives en la luz, pregonando amor, sin piedad, como si nuestros caminos nunca se hubieran entrelazado…
Perdón a todos aquellos que por mis decisiones derramaron una lágrima… no soy digno de ella…
Oscuridad en la oscuridad...
