Atrapado entre dos mundos,
con un infinito amor en mi corazón,
con una conciencia total de lo que sucede,
con una aceptación conciente le lo que quiero.

Cierro los ojos y tu imagen aparece en mi mente,
nítida y clara,
todo mi ser se estremece,
una gran ternura inunda mi pecho,
una suave pero impaciente
sensación de tenerte se apodera de mi.

Estos largos minutos de ausencia obligada
cumplen su cometido,
me dan la maravillosa oportunidad
de valorar lo que tengo, lo que siento,
lo bello que me das;
en tu ausencia me doy cuenta
de cuan importante eres en mi vida,
cuan valioso es para mi tu amor,
me doy cuenta cuanto te amo.

Es un extrañar con esperanza,
en una afable espera,
es un instante de meditación en el que estás sin estar,
es pensarte a la luz del amor y la razón,
es el fuego que permanece inmutable
a pesar de la inexistencia de leña,
es amor verdadero.

Esta es una noche de calma,
plena de amor conciente,
esta noche estoy seguro de lo que siento por ti:
te amo. Es un presente cierto, un presente real,
una sensación tranquila y apacible en mi corazón,
un amor sereno y fortalecido solo en el amor.

A la luz de la conciencia y la verdad:
Te amo.

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