Hay días

Hay días melancólicos, más que triste, más que amargos son así, de sensibilidad de… melancolía… Este para mí es uno de esos días en los que todo te pega, en los que la sensibilidad está a flor de piel y las lágrimas al borde y prontas. Son días en los que los amigos te ven extraño y se alejan por miedo al contagio. Esos días en los que las amigas son las que te comprenden un poco más, y en las que encontramos el alivio y el consuelo, muchas veces sin decir nada, muchas veces sin escribir nada.

La vida es difícil y caminamos por ella con un disfraz, al que nada le importa; vamos como caballeros medievales mostrando un rostro duro, un corazón gentil y una actitud de servicio, pero en el fondo, en lo más intimo de nuestro corazón, y mucho más allá de las posturas e incluso de nosotros mismos, hay algo que duele, hay algo que sensibiliza, hay algo suave y tierno que se conmueve hasta con el paso del viento, días especiales, días lluviosos en el interior, días de reflexión inconsciente, días salados…

Y más difícil es, cuando la soledad te rodea, cuando el ruido y el trajín de la vida no son suficientes para callar tu silencio, cuando tu única ilusión pende de un hilo y este está roto. Cuando tus pesadillas son realidades y tus sueños son solo eso sueños…

Parecieran días obscuros y funestos, pero dentro de un corazón tan extraño como el mío, tienen su belleza, tienen su sabor… Porque, al igual que la tristeza se percibe, también el romance, la ternura y el amor se exaltan.


Deja un comentario