2013-07-28
Me encontré de pronto parado en medio de la nada, desperté de un letargo; había caminado sin rumbo, aferrado a pensamientos a recuerdos a sensaciones que en este despertar ya no están, miro mí sombra y me veo solo, se expande un desierto a mi alrededor, no encuentro razón de estar, lo que hago me parece vacio, sin sentido… ¿en qué momento llegué hasta aquí?, ¿qué me mantiene en este estado?...
Busco en los sucesos recientes y creo que me he aferrado a nada, la realidad es contundente y derrite cualquier anhelo, cualquier sueño. Quien quiere encontrar… encuentra, y yo, no soy encontrado, se me ha relegado a un puñado míseros minutos de miles que existen y aun así he permanecido abrazado a una imagen a un sentimiento que por momentos parece solo existir en mí.
Me escucho, me leo y me siento culpable, una parte de mi dice que hay fuertes razones para lo que sucede, pero… en esta época de tecnología y comunicación tan sencilla ¿es posible que alguien quede incomunicado totalmente? ¿O es que realmente aquellas frases que aseguraban que yo era importante, han dejado de tener validez?
Quiero regresar a mi letargo… ¿lo quiero?, ¿qué es lo que quiero?
En un mundo en el que la actividad y la necesidad te aleja de la meditación, encontrarse de frente con el silencio da miedo, ¿qué tal si estoy equivocado?
Sé que estas palabras suenan a cerrojo, a divagancia, lo único que me gusta de este instante, es que estos dedos se mueven y las palabras brotan, después de un gran, gran silencio.