¡A la mar!

Retornamos a la mar,

la mar incierta,

la mar hermosa,

la mar impredecible,

sin rumbo fijo,

siguiendo lejanos cantos de sirena,

inciertas leyendas del corazón.

 

Abrimos los oídos a nuevos latidos

a nuevas esperanzas,

dejando en el pasado las tristes historias

y atesorando en el corazón

los bellos momentos.

 

Es hora perderse en la inmensidad,

de arriesgar el corazón nuevamente,

de entablar largos diálogos con la soledad,

de revisar prioridades,

de modificar la faz de nuestro mundo

desde la perspectiva del corazón.

 

Es hora del sueño incierto,

de la realidad no revelada,

de la búsqueda de un ideal,

de un anhelo, de una esperanza de vida.

 

Seguiré con la inocencia

de creer en los demás,

de creer en las historias,

de pensar que en el fondo

el corazón del hombre

solo contiene el bien.

 

Este corazón solitario es uno más,

en este océano de la vida,

pero se que tarde o temprano,

habrá alguien para quien

este corazón sea especial y diferente,

 

Nos encontremos,

nos reconoceremos,

y seremos uno…

 

Que tengan una excelente semana, ¡Vivan! ¡Amen! y sean ustedes…

Todos morimos pocos realmente viven. Ama y has lo que quieras.

 


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