2009-02-24
Hoy solo quiero cerrar mis ojos, echar mi cabeza hacia atrás, relajar todo mi cuerpo y disfrutar del concierto de tu recuerdo en mi mente. Esa imagen que llegó a mi vida en una tarde lluviosa y que jamás desde entonces ha dejado de permanecer en mí.
Quiero calcar tu imagen con mi mirada interior, recorrer las líneas que conforman todo tu ser, como intrépido dibujante que con el lápiz va trazando contornos describiendo en cada curva la armonía y la belleza de una obra maestra del Creador de la vida.
Quiero vivir un momento sensual cuando mis trazos vallan desnudando el secreto de tu cuerpo, oculto bajo tu ropa, base de las sombras y luces que dan vida con el pincel y convierten un blanco lienzo en la imagen de una hermosa mujer.
Quiero ser el pintor, el escultor y el juglar, todos al mismo tiempo, dando color, dando volumen y dándole sonido a la descripción de un angelical ser, que entallado en un hermoso cuerpo despliega los rayos del alma.
Quiero ser el poeta que con palabras describa la belleza de tu alma y del sentimiento que de ella emana: amor, ternura, pasión, cariño, comprensión… los más hermosos sentimientos que un ser humano puede experimentar, descritos en burdas letras, intento imperfecto por describir la perfección.
Quiero estar en tu cuerpo, empaparme de tu ser, contemplar con excesiva complacencia, desear con vehemencia, explorar con infinita ternura...
Quiero encontrar un fragmento más, que deje vislumbrar un todo, un reflejo recortado de la grandeza, un rayo de luz en la oscuridad que compruebe que el sol existe.
Quiero hacer un boceto más del amor que siento por ti y que recibo de ti.
Así con los parpados cerrados, mirando con los ojos del alma, una imagen que permanece en mí y que no se borrará jamás.