Cuando tú me escribes,
mi mente vuela, viaja,
se imagina, se transporta…
Cuanto tu me escribes
todo mi ser se contagia de tu energía,
de tu juventud, de tu pasión por la vida…
Cuando tú me escribes,
mi alma goza, se siente limpia,
transparente, íntimamente ligada a ti,
a tus inquietudes, a tus deseos, a tus virtudes…
Cuando tú me escribes,
mi corazón tiembla y se emociona,
se expande como el universo mismo,
y la dicha parece no tener fin.
Cuando tu me escribes
me siento amado, valorado, comprendido,
la paz inunda mi ser
y una suave caricia recorre mi vida.
Cuando tú me escribes,
leo poesía, como estas palabras
que iluminaron el día de ayer
mi caminar e hicieron de mí,
un ser dichoso.
Déjame transcribirlas
para que el mundo sepa de qué hablo:
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
¡Qué hermoso sentimiento!
¡¡¡Qué bello es amarte¡¡¡¡¡
Que gran admiración
cuan importante te has convertido para mi,
robaste en un suspiro
un amor que dormía apacible...
Un suave suspiro lanzado al viento
y después se trasformó en amor,
poco a poco te fuiste metiendo
tan adentro de mi corazón,
y solo dejas espacio para mi suspiro
¡Te amo!
Y vivo pensando a cada momento en ti.
-----solo soy yo-----
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Y después de estas bellas palabras
solo puedo caer de rodillas humildemente,
besar tus manos y decirte con el corazón en la mano:
¡Gracias!
Te amo profundamente,
espero poder llegar a ser
merecedor de tan bello tesoro…
Hoy siento que Dios
me otorga sus bendiciones,
cuando tú me escribes…