La puerta se abrió.

La puerta se abrió,

el cerrojo cedió,

los guardianes se durmieron,

y abrí mi alma sin temor.

Sin el temor a ser lastimado,

a ser juzgado, a ser descubierto…

Es tan inmensa

y tan simple la profundidad del alma,

tan incierta y tan previsible,

tan oscura y tan llena de luz…

Y la experiencia fue mágica,

como el abrazo de los amantes

en un momento relajante,

como la calma

en medio del ojo del huracán…

No importan los resultados,

no importa lo que la razón

pueda dictar después,

el momento fue sublime y misterioso,

lleno de temor y confianza,

pleno de cariño y admiración…

Las puertas

han quedado cerradas nuevamente,

pero el suspiro exhalado

vuela lejos en los ámbitos

del amor y la amistad,

creando un vínculo

muy especial entre dos almas…

Gracias…


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