La prueba de mi delito.

Ahhhh cuantas palabras entrelazadas,
cuantos sueños recordados,
extrañaba tanto el escucharte,
el imaginar guiado por tus palabras,
el dejar latir mi corazón
al rito de tus descripciones…

Extrañaba tu intensidad,
tu capacidad de sorpresa,
tus relatos que llevan mi mente
a lugares lejanos y cercanos,
solo cerrando los ojos y escuchándote
me transporto
y te miro radiante y bella
llena de vida, tierna y seductora…

Pero sobre todo escuchar
un te amo de tus labios,
canto de querubines
que me llevan a tocar las puertas del cielo,
melodía celestial para mi corazón.

Y te abrace con fuerza nuevamente
y acariciaste mi cabello,
fundidos en un solo sentimiento,
sin tiempo, sin espacio,
frente a frente,
y los mil besos prometidos fueron dados
y los mil abrazos fueron uno solo,
largo y apasionado,
fuerte y reparador,
nuestros corazones se tocaron
y aceleraron su ritmo
al sentirnos cuerpo con cuerpo,
piel con piel…

Gracias,
me hacías tanta falta,
nuevamente de la mano de una voluntad
que va mas allá de la nuestra,
nuestros caminos se cruzaron,
y no puedo más que dar gracias
por este intenso sentimiento
que se abre paso
entre las nieves del invierno de la nostalgia
y retoma su fuerza y su vida.

Te amo, tu lo sabes…
Me amas me lo has dicho…
nos amamos y el mundo tiene otro color,
otro sabor, otra textura
y se escucha diferente.

Gracias mi niña hermosa,
mi niña analítica,
hoy amanece y tu voz aun resuena en mi oídos…
mi corazón es tuyo,
mis manos, mi pecho mi cuerpo entero,
todo lo que soy…
Soy tuyo y mi amor esta contigo.

Esta madrugada
en la que has dejado la ventana abierta
cumpliré con nuestra cita,
entraré como tu dulce ladrón
en busca de besos, de suspiros,
de abrazos y caricias
hasta que el alba me obligue
a abandonar tus sueños,
no sin antes dejar una flor
como la prueba de mi delito…

¡¡Mi vida eres tú!!
Te amo.


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