El dolor por la esclavitud

Te miré y sentí una gran indignación; cómo es posible que un ser tan hermoso, un alma tan bella, una mujer tan atractiva pudiera estar así…

Caminaba un día por nuevos senderos cuando de pronto detrás de un pequeño murete estabas tú: radiante, hermosa, inspirabas a ser vista, danzabas suavemente y no pude resistir. Me acerque a ti, solo el pequeño muro nos separaba… Y charlamos… Con cada palabra se construía una unidad y se tendían lazos invisibles ente nosotros…

Aquel sendero se convirtió en destino, día a día lo tomaba con esa ilusión de un encuentro que pudiese parecer casual, a veces te encontraba, otras no, pero cuando coincidíamos la charla era hermosa y los silencios aún más. Y se fue forjando en mi corazón un sentimiento poderoso, que crecía a cada instante, no solo en la compañía, también en la búsqueda, en la espera, en la soledad.

Muchos encuentros, innumerables momentos, algunos vanos, otros profundos, hasta que un día, sin brincar el muro, mi cuello se estiró y el tuyo también. Un beso marcó mi corazón. A partir de ese momento nada fue igual, el deseo de encontrarte se convirtió en sed en el desierto, en necesidad, en fuerza de vida…

Otros encuentros se dieron, besos que se crearon de ese sentimiento que mueve al mundo, creció el domino del corazón…

Hasta este día que decidí saltar el muro, loco de amor, loco de pasión, sintiendo, pensando, percibiendo que tu corazón sentía lo mismo…

Salté el muro, te miré, y sentí una gran indignación; ¿cómo es posible que un ser tan hermoso, un alma tan bella, una mujer tan atractiva pudiera estar así?…

En tu tobillo un grillete y una cadena… El metal ya con óxido por el paso del tiempo, y tu piel lacerada, llagas viejas, heridas nuevas, dolorosa imagen que hirió mi corazón.

Y con lagrimas en los ojos y desesperación en las manos hurgué en mí, y saque una llave de mi pecho… la puse ante ti y te la ofrecí… sabía que está llave abriría el candado, te liberaría del grillete… una llave forjada con amor, con perseverancia, con cariño…

Tu mirada se tornó fría, anhelo pensar que ocultaste el fuego de tu corazón, tus ojos miraron hacia oto lado y tus labios pronunciaron: un no…

Años de tradición, creencias mal entendidas, mundos de supuesta comodidad, miedo a lo desconocido, temor a esa libertad que ya desconoces… no lo se…

Tal vez creí que existía amor, tal vez sueño demasiado fácil, tal vez no se nada.

El dolor que de mi corazón brota, se mezcla con el dolor por la esclavitud…


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