En la cima...

Me encaminé al cima de la montaña

con el corazón tranquilo

y en busca de la luz que día con día

me da fuerza e ilumina mi alma,

mi cuerpo y mi entendimiento.

Tomé la salida del pueblo

pero fue inevitable toparme con algunas personas

calmé mi sed de luz y dediqué un tiempo

a quienes se me acercaban,

no se exactamente porqué

pero la gente me busca

tuve la dicha de cargar en mis brazos a una bebe

de escasos tres meses,

se me acercó una bella joven de corazón limpio

con los ojos llorosos y pena

en el alma por una decepción

y hablándome de que ahora entendía

por lo que había pasado,

tuve la luz para calmar su corazón

y robar una sonrisa y traer algo de paz a su ser,

más adelante un grupo de personas

activas en aquello de ver por los demás

me contaron los proyectos y noticias

llenos de ilusión por sembrar un granito de arena

para un mundo mejor,

también tuve la dicha de dar un poco de ánimo

y aliento a familiares y dar una palabra amable

a quien con amargura me miraba…

Mi camino hacia la luz fue bello y alentador

creo que mi ilusión por llegar a la luz

me hace un ser de alguna forma luminoso

creo que cuando el amor invade el corazón del hombre

este se refleja hacia afuera

y se multiplica.

Por fin llegué a la cima y desde ahí

contemplé valles y praderas,

ríos y poblaciones,

pude ver el castillo que se erige

majestuoso entre la simpleza bella del poblado,

puede ver todo aquello que deslumbra

al corazón del hombre,

los brillos falsos que los enloquecen,

los destellos de luz que los enriquecen,

las banales cosas que roban nuestros sentidos

y nos traen preocupación sin sentido,

pero sobre todo el sol acarició mi rostro,

la brisa movió mi cabello,

respiré profundo y pude encontrar

en cada situación en cada cosa

en cada movimiento, en cada ser,

la luz de el amor,

la luz de tu amor,

la presencia permanente de tu ser en mi ser,

te revelas ante mi como la alegría de vida,

la plenitud de mis sentidos…

Todo es pequeño en esta cima

todo parece simple,

todo parece hermoso,

todo parece posible…

A ti que inundas mi corazón,

a ti que avasallas mis sentidos

a ti que estas en mi vida,

a ti que encarnas el amor de Dios

en mi existencia.

¡Gracias!

Puedo decir en este momento de paz:

Te amo, estoy donde debo y quiero estar

Amo mi vida y todo lo que esto implica.


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