Sólo abrázame, deja que me refugie en tu pecho, déjame quedarme ahí y soñar con mundos ideales, donde no hay mas reglas que el amor, donde no se juzgue con otra ley mas que la de la verdad, esa verdad que parte del fondo del corazón y que lleva la pureza de las almas.
Un mundo que no enseñe y catalogue de acuerdo a accidentes geográficos, de tiempo o económicos, un mundo que reconozca cuando los esquemas deben romperse en pro de la felicidad.
Acaricia mi cabello déjame sentir como tus manos calman mi ansiedad, como suavemente la paz llega a mi alma, déjame balbucear un te amo entre llanto y desconsuelo, entre esperanza y cariño, deja que te abrace fuerte como si te quisiera conservar para siempre, como si quisiera hacer de nuestros cuerpos uno solo.
Dame este instante, en el que pueda sentir mío un futuro que no me pertenece, un sueño que por momentos se ajea, no por la fuerza del espíritu, ni por la falta de amor, sino por siglos de convencionalismos y enseñanzas.
Disfruto de tu ser día con día y de la gracias de tenerte cercana de mi, pero en algunos momentos como hoy no puedo evitar sentir temor, mi reloj de arena de consume, los capítulos de mi vida ya se acercan mas a un final, que aunque no se cuando se escribirá, la lógica indica que están más próximos al epitafio que los tuyos.
¡Abrázame te lo ruego! Trata de entender mi corazón, permite que tome fuerzas de tu ser para continuar el camino. La jornada es larga e incierta y el camino sinuoso. Antes de tomar tu mano y comenzar a caminar nuevamente, deja que esta pausa en tus brazos sea un momento más de unión entre tú y yo.
Abrázame corazón mío, déjame escuchar el latido de tu corazón en mi oído, sentir la frescura de tu ser envolviendo mi cuerpo, mis brazos rodeando tu cintura, tu cuerpo pegado al mío, reconocimiento y compenetración mutua de almas que tiene por estuche un cuerpo que siente y reacciona, que es parte de un todo…
Abrázame y déjame susurrar un te amo y repetir un “siempre” sin razón…