Vivir en el amor, vivir amándote, vivir de ti, vivir por ti, porque el día que llegaste a mi vida el comos se volvió tú, todo cambió a mí alrededor, los grises tomaron color, un arco iris de sentimiento invadió mi retina y lo que una vez pareció el fondo del abismo se transformó de pronto en un florido espacio donde la vida rebozaba de colores, sonidos y aromas.
Y me enamoré profundamente, los temores desaparecieron, las angustias, tristezas y quebrantos tomaron su lugar en el pasado, cada vez mas lejos, cada ves mas cercanos al olvido, mientras mi corazón tomaba nuevas dimensiones, albergaba a un sentimiento que se destacaba por su acelerado crecimiento y su cegadora luz, nada quedaba oculto, nada se escondía bajo las sombras, porque las sombras dejaron de existir, desaparecieron como espectros de la oscuridad al ser tocados por la luminosa presencia de tu amor.
Así la verdad, la sinceridad, el profundo conocimiento fueron banderas de un amor que se extasiaba en el amor, pulcro como la blanca nieve, transparente como un cristalino manantial, apasionante como la vida misma, vida en luz, vida con una razón por vivir, valiente como un guerrero que se viste con la armadura más especial de todas, esa armadura que protege no por su dureza sino por su ternura, no por su imponente presencia sino por su tímido rubor, escudo que desquebraja las guerras, que tranquiliza a las fieras, armadura brillante, escudo protector de cuatro letras que se llama amor.
Hoy te leo con avidez como desde aquel día en el que nuestros senderos comenzaron a volverse uno, con fervor y admiración devoro tus letras con mis ojos, hambriento naufrago que encuentra en tu expresión la tierra firme a sus pies, letras que resuenan como celestial sinfonía en mis oídos, mil ángeles y querubines cantando con armonía y al unísono, el sentimiento que proviene de Dios, palabras que rozan mi piel y la acarician, que la hacen vibrar de emoción, agolpando mi sangre contra mi cuerpo, como si el amor se me quisiera fugar por los poros, palabras que penetran directo a lo mas profundo de mi alma, sin pedir permiso, sin inmutarse ante las barreras que el tiempo y la tristeza erigieron en torno a ella, tratando de proteger el mas suave, tierno y frágil de los sentimientos.
Hoy te miro y me embelezo, mis sentidos se vuelcan a adorarte, hermosa princesa de ensortijada cabellera, cejas que dan marco a unos hermosos ojos, chispeantes e ilusionados, bellos y seductores, labios irresistibles que llaman a los míos, puerta entreabierta que lleva al jardín de edén, cuello que llama a la caricia, cuerpo que en su armonía se convierte en prueba fehaciente de la existencia de la perfección, molde de mi cuerpo, vestido de mi piel.
Gracias a Dios que me permite amarte, gracias a Dios que me bendice con tu amor. Gracias Tere por acariciar mi corazón, por besar mi alma, por hacer de mi estadía en esta tierra un vivir en el amor, en tú amor. Gracias de verdad amor mío. Te amo con todo mi ser y en no concibo otra forma de vida que no sea amándote.
Tere te amo y te amare por siempre.
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