Recorramos los caminos que nos quedan juntos, siempre juntos, que las cosas de la vida sean cosas de los dos, dos seres independiente fundidos en un solo amor, dos cuerpos que se amoldan y se acoplan en conjunción perfecta, dos pensamientos que se integran y se complementan en cada situación, en cada capítulo de nuestra historia, dos almas que se regocijan en una misma esencia, dos corazones latiendo en una sinfonía de amor.
Seamos dos libros abiertos, el uno del otro, que solo con una mirada podamos conocer nuestros temores y nuestros retos, nuestras angustias y nuestras alegrías, que seamos como los libros bíblicos distintos en contenido pero una unidad de la historia de salvación.
Tengamos páginas blancas compartidas, donde podamos escribirnos mutuamente de manera que poco a poco nuestras letras se entrelacen en un tercer libro común, una historia de amor que sea leída de generación en generación.
Abramos nuestras almas por completo, dejemos fluir todo lo que somos abiertamente sin miedos, sin temores, que al cobijo del amor el frío de la incertidumbre desaparezca.
Aquí están mis ojos y mis oídos para entenderte, para comprenderte, para escucharte, para leerte, aquí están mis brazos para que te refugies en ellos, para que te cobijes, aquí esta mi cuerpo esperando al tuyo, mis labios saboreando los tuyos, mis ojos esperando ver tu luz, aquí estoy yo dispuesto a todo solo por ti, solo para ti.
Tere te amo y te amaré siempre, hasta que sea llamado a otras dimensiones y ahí si la voluntad divina me deja la conciencia te seguiré amando.
Tere eres el amor de mi vida.
Tere te amo.
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